Bueno, la verdad es que no sé muy bien cómo explicar lo que siento en estos momentos, porque esta experiencia me ha dejado sin palabras. Y pensar que todo empezó con unos recreos trabajando en vídeos y camisetas ... Mereció la pena ofrecerse voluntaria para trabajar en un proyecto, que meses después daría su fruto. Un intercambio a Mallorca, y lo mejor, ¡con todos los gastos pagados!
Y entonces empezaron los nervios y las peticiones de amistad en tuenti. Una detrás de otra, empezando por María Vila y terminando por Iván Mas. ¿Cómo serían esos compañeros? ¿Buenos? ¿Chulos? El caso era que la mente nos funcionaba a cada instante, mientras pensábamos en cómo sería compartir una semana con gente que ni siquiera conocíamos.
Fecha: 22 de Octubre. Empiezan las cuentas. Cuatro días, tres días, dos días ... Cuando quedaba uno estallamos de felicidad y comenzaron las frases tipo "que nervios" o "¡qué bien lo vamos a pasar!"
Llegó el día. Todos aportando un poco de suministros para esa merienda-cena con la que comenzaría todo. Tortillas de las madres, Almogrote de Ramón ... que buena pinta tenían todos esos platos. Entonces miré afuera, esperando que un grupo de niños bajaran de un autobus con sus enormes maletas. Para mi sorpresa, el autobus llegó antes de lo previsto, dejándome sin respiración. Avisé a mis compañeros señalando con el dedo hacia afuera, mientras mi cara reflejaba perfectamente que estaba muy nerviosa. El corazón nos iba a cien, incluso algunos lo comprobamos poniendo la mano sobre nuestro pecho, pero ¿eso ahora que importaba?. Estaban aquí, en Cádiz, y el momento de salir a la calle y enseñarle de qué son capaces los gaditanos había llegado.
Poco a poco fueron bajando del autobus. Jaume, Josep, Xavi, Lua, María, Alba ... ¡tanta gente! Pero, ¿dónde estaba mi compañera? ¿No había venido Rosa? Entonces apareció con una enorme maleta rosa y un precioso pelo rizado. La saludé, pero no era suficiente. Necesitaba abrazarla, pues estaba a punto de llorar de alegría. Me acerqué corriendo, y cuando la abracé, comprendí que esa semana iba a ser especial, que iba a ser inolvidable.
Entramos en el instituto, se lo enseñamos, hablamos, más o menos nos conocimos, pero estábamos deseando de salir ahí fuera y demostrarnos unos a otros que podemos ser capaces de divertirnos aunque no nos conocíamos. Vinieron los padres, se presentaron ... todo genial. Más tarde salimos, y cuando pasó un rato volvimos a casa. Al día siguiente nos esperaba una dura excursión, así que teníamos que acostarnos pronto.
Siete de la mañana. Ojos pegados, vista nublada. Pelos a lo loco. Pijama y frío inmediato al colocar los pies en el suelo. ¿Qué importaba si estábamos juntas? Tocaba desayunar y ponerse en marcha.
Aún no me podía creer que todo esto ya había empezado, que por fin estaban aquí ... pero así era.
Nos encaminamos a Benamahoma, para hacer la ruta del río Majaceite. Todos preparados, excepto algunos con sus zapatos blanco que más tarde se inundarían de barro. Calor, cansacio, dolor de pies, sed, hambre, risas, caídas, más risas ... todo un día de lo más agotador.
Volvimos a casa, nos duchamos y a la calle. Ninguna excursión nos iba a quitar las ganas de disfrutar a tope.
Siete de la mañana de nuevo. Vuelta a las legañas y a las sábanas revueltas. ¿En camino? Otra excursión de lo más agotadora. Los Toruños. Bicis, sodia ... pero nada hubiera sido tan interesante si no nos hubieramos empapado con tanta lluvia. Aún recuerdo cómo Jaume bajaba de la sodia chorreando.
La lluvia lo estropeó todo un poco, por eso al día siguiente no pudimos visitar nada, ni al otro, ni al otro ...
Pero no nos ibamos a rendir, y quedamos casi todos para ir a Cádiz y enseñarle ese paraíso a nuestros mallorquines. Cómo siempre, lo pasamos super bien. Fran con sus chistes, Lua con su andaluz en práctica, Seba con sus arácnidos, Alba con sus fotos, Rosa con su ropa fashion ... ¡Incluso un argentino me pidió una foto! Fue un día de lo más completito, y sin duda, acabamos pasándonoslo genial.
Pero hoy ha tocado despedirse. Lágrimas, lágrimas y más lágrimas. ¡Ah, y un bonito espejo como regalo de Rosa! (Gracias cielo). Se montaron en el autobus, sonrieron, y cómo haremos nosotros, esperaran a que llegue Marzo para volver a repetir todos estos momentos que nos han cambiado la vida.
Bueno, pues nada, sólo quería decir que hay personas que en muy poco tiempo te pueden cambiar la vida y empezar a formar parte de tí, porque esto es lo que nos ha pasado. También quiero dar las gracias a los profesores que han trabajado en este gran proyecto, y decirles a todos aquellos que no lo han hecho, que ellos se lo pierden, porque ha merecido la pena todo nuestro esfuerzo. Mallorquines, sois los mejores y nunca os olvidaremos, siempre os llevaremos en nuestros corazones, y estoy segura de que cualquier cosa nos recordará a ustedes porque sois inolvidables. Muchos besitos, y cómo ya hemos dicho mil veces, hasta Marzo.