XI - AM (Llegaste al final)

En toda mi vida pensé que algún día conocería a alguien como tú ...

Alguien de esos, que sin tener que pedirlo, te alegra los días con las palabras más bonitas del mundo.

Y es que dicen que hay veces en las que conoces a la persona adecuada en el momento equivocado, y eso fue exactamente lo que pasó. 

Pero, ¿no sería estúpido desaprovechar la oportunidad de empezar algo nuevo con esa persona, independientemente de lo mal que lo estés pasando?

Y eso fue lo que hice, no desaprovechar la oportunidad, porque desde el primer momento supe que me harías más feliz de lo que nadie puede llegar a imaginarse. Me arriesgué, porque quién no arriesga no gana.

Pasaron los primeros días; despertando con mensajes bonitos, sintiéndome querida a cada instante y olvidándome del resto del mundo para centrarme sólo en tu sonrisa; la misma que empezaba a echar de menos en el mismo instante que cerraba la puerta del portal sintiendo aún el roce de tus labios.

Y es que aún me pregunto cómo se puede llegar a querer tanto en tan poco tiempo ...

Pero el caso es que me enamoré de ti. De tus gestos, de tus manías, de tus miradas ... y sin darme cuenta, cometí una de las mayores locuras que puedas llegar a hacer: acostumbrarme a ti. 

Acostumbrarme a tus abrazos, a tus 'te odio' y tus 'te quiero', a tus ganas de besarme y a tus 'buenas noches mi vida'.
Y es que hemos llegado hasta tal punto, que no sé qué haría si no te tuviese a mi lado. Consolándome cuándo estoy triste y haciéndome la chica más feliz del mundo día tras día.
Espero poder seguir matándote de risa con cada una de las tonterías que salen de mi boca, porque verte sonreír es lo que más me motiva.
Eres todo lo que siempre he querido. ¡Te quiero!