Cualquier crítica es siempre bienvenida

jueves, 31 de enero de 2013

Para aquellos que lo necesiten.

La verdad es que probablemente no te conozca, pero eso no me impide saber que alguna vez has sufrido por alguien ¿Me equivoco?
A ver como empieza tu historia ... ¡Ah si, ya recuerdo! Todo empezó con un chico ....
Aquel chico no era como los demás. Tenía una de esas sonrisas que te hacía perder la noción del tiempo; y una de esas miradas que si no estaba cerca, se echaba de menos. No sabías el por qué, pero lo cierto era que estabas loca por él. Supongo que no podías dormir por las noches, y sustituías el sueño por el hecho de imaginar una vida con él ¿verdad? Sí, los dos juntos y felices.
Creo que también te levantabas temprano y te arreglabas más que nunca para que él se fijara en lo guapa que eras. Aunque solo fuera para ir al instituto, tu siempre lucías tu mejor modelito ¿cierto?
Todo el día pensando en él: cada hora, cada minuto, cada segundo ... 
También tuviste esos bajones repentinos que te hacían pensar que no le importabas. Cada vez que ésto pasaba, tú adoptabas una actitud pasota, y decidías ignorarle, pero cuando al día siguiente te sonreía, tu alma se desvanecía en mil pedacitos, y las promesas que te hiciste y que te harían un bien, desaparecían. Él te hacía sentir como en otro mundo ¿no es así? También sé que te gustaba ir a clase sólo para verle y hablar con él, aunque la conversación sólo durase un par de segundos, dejándote en mitad del pasillo con esas ganas de comértelo a besos. ¿Cómo era lo que te decía? ¡Ah sí! PRINCESA. Así era como te sentías ¿no? Como una princesa. ¿Cuántos exámenes suspendiste por su culpa? Por no concentrarte en clase... Muchos supongo. ¿Cuántas cosas sabías de él? Lo cierto es que sabías muchísimo más que la rubia con tetas grandes que cada día le daba un beso en la mejilla. Sí, la misma a la que envidiabas y a la que criticabas con tus amigas. 
Seguro que alguna vez lo has desnudado con la mirada y te has avergonzado de tu actitud; pero como un día dijiste "él te hacía perder la cabeza". 
Me apuesto lo que sea a que cada canción te recordaba a él, por muy distinta que fuera la melodía.... Y que cada vez que te conectabas mirabas si su nombre aparecía en el chat. 
Estoy segura de que cada vez que mirabas tu móvil era para mirar si un mensaje con un "te amo" procedía de su número. No llegó nunca ¿verdad? Pero cuando todo se te vino encima tu vida desapareció. Sabías que él no te quería, lo sabías muy bien. Llorabas y desperdiciabas tu mierda de vida por el hecho de que no significabas nada para él. ¿Cuántas veces te consolaron tus amigas con un "hay muchos mejores"? Pero en el fondo tú sabías que como él no había ninguno. ¿Cuántos mensajes sin respuesta le mandaste? 10, 20, 30 ... perdiste la cuenta. ¿Cuántas veces te has mirado al espejo y te has odiado? Él no merecía la pena, y lo sabías, pero no querías abrir los ojos. Hasta que un día apareció alguien que te enseñó que no era tiempo de preocuparse por tonterías, y desde entonces te olvidaste de él para siempre. Ahora eres feliz ¿verdad? Sigues teniendo esos bajones repentinos, pero aún así te va bien. Cada vez que le ves le encuentras más defectos ¿a qué sí? No es que haya cambiado a mal, sino que nunca fue perfecto. Ahora eres tú la que sonríe y él quién te busca conversación, pero como un día te prometiste "tienes que ser fuerte y vivir la vida como te mereces" Disfruta, princesa.


Stay strong and love yourself



Queridos Bloggers. He escrito esta entrada porque me he dado cuenta de que en los peores momentos lo que uno necesita es alguien que le comprenda. Así que lo digo claro, a aquellas chicas que hayan pasado por algo de esto, o que estén pasando y aún no lo hayan superado, quiero que sepáis que siempre, pase lo que pase, este blog y su autora estará con ustedes para apoyaros en lo que haga falta. ¡Seguid así de fuertes!

lunes, 21 de enero de 2013

Para mi Carmen Chocolate, con todo el cariño del mundo:

Seguro que no te esperabas esto eh, ¡ja ja ja! Pues aquí estoy, dispuesta a decirte lo importante que eres para mí. ¿Preparada? Allá voy:
En primer lugar quiero darte las gracias por todo lo que hasta ahora has hecho por mí. Me has dado consejos, me has animado en mis malos momentos, me has escuchado cada vez que quería contarte algo ... siempre, fuese cuando fuese, tú estabas ahí cuando lo he necesitado, y eso no se olvida. No olvidaré el día en el que me advertiste que tal persona no valía la pena, como siempre, tenías razón. Pues eso, que muchísimas gracias por todas las cosas que has hecho por mí, porque eso significa muchísimo para mí.
¡Ah! También tenía que decirte que contigo aprendo de todo; cómo hoy, que me has dado una lección de como maquillarme los ojos.
Aún recuerdo aquella competición en la que salías un número después que yo, ¡acabamos agotadas! Pero me encantó tenerte a mi lado intentando calmarme al ver lo nerviosa que estaba, ja ja ja.
Pues nada cielo, que tu Soniaaaarr te adora, y espera que no cambies nunca, porque sin duda personas como tú, ya ni quedan. ¡Te quiero!
PD: Gracias por presentarme hoy a quién tú y yo sabemos, eres la mejor <3





sábado, 19 de enero de 2013

Un paquete sorpresa.

Era 1945 y ambos paseaban de la mano sintiéndose en plena adolescencia. Él era un chaval humilde, que compartía habitación con sus ocho hermanos. Ella era adinerada, y siempre lucía modelito fuese donde fuese. Era un amor casi imposible, un amor entre personas de mundos distintos, pero aún así eran una pareja ejemplar. Sus vidas cambiaron completamente cuando ambos se conocieron, y desde entonces no se habían separado ni un segundo. Vivían enamorados y felices.
Un día de Diciembre, mientra merendaban en la plaza, él se dispuso a decirle algo:
Le comentó que tenía que partir al frente, y ella, entre lágrimas, consiguió asumir que se iban a separar durante un tiempo. El prometió volver; prometió amarla para siempre, y pensar cada noche en todos los buenos momentos que habían compartido. Prometió que aunque hubiera distancia, y otras mujeres; ella sería la única a la que le entregaría su corazón. Prometió que a pesar del tiempo, lo que sentía no iba a deteriorarse nunca.
Ambos se abrazaron, se besaron, y lloraron durante horas. Se amaban de verdad, pero él tenía que partir. 
Días después, él la miró a los ojos, la besó, y le susurró al oído que la amaba y la amaría eternamente. Ella aún no había aceptado el hecho de no verlo jamás, pero se sorbió las lágrimas y le dio las gracias por haber sido lo mejor de su vida. Él se disponía a montarse en el autobús cuando Helena le gritó que esperase un momento. Marcos se acercó hasta a ella, y se llevó una sorpresa al ver que ella sacaba una libreta de su bolso.
- Prometiste volver, así que esto hará que cumplas tu promesa. Cada día debes escribir una página sobre tus sentimientos, y una vez que lo completes, debes buscarme y devolvérmelo, para que así recuerde que lo nuestro fue verdadero. Recuerda, estaré esperándote.
El claxon del autobús pitaba sin cesar, así que Marcos la besó como si el mundo se acabase, y apretó la libreta contra su pecho mientras se alejaba poco a poco...
  [...]

60 años más tarde

Helena disfrutaba de un ambiente familiar. Su marido, Peter, descorchaba el champán para celebrar el año nuevo. Las luces de Navidad resplandecían en cada balcón, y los absurdos propósitos empezaban a salir de la boca de la multitud. Helena se despidió de sus tres hijos y sus respectivas mujeres. Estaba cansada, y los achaques de la edad estaban volviendo a las andadas. Volvió al salón y besó a su marido. Era un hombre fantástico, y le encantaba compartir una vida tan repleta de lujos con él. 
Helena recogió la mesa y llevó los platos a la cocina. El ding dong de la puerta sonó entonces. Se secó las manos con un trapo y caminó lo más rápido posible hacia el hall.
Miró por la mirilla, pero la noche y la miopía no ayudaban. Abrió la puerta, y para su sorpresa no había nadie. Miró a la izquierda y a la derecha, pero no vio nada. Pero entonces, cuando se disponía a cerrar, contempló un paquete en el suelo de las escaleras. Se agachó dificultosamente y lo tomó entre sus arrugadas manos. Volvió a mirar hacia ambos lados, pero seguía sin ver a nadie. Sin más, entró en casa, y cerró la puerta. 
Fue hasta el salón y se sentó en el sillón, mientras disfrutaba del calor de la chimenea. Suspiró sin dejar de mirar aquel extraño paquete. ¿Que podía ser? Lo abrió lentamente y las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos mientras se cubría la boca. Era aquella libreta, sí, la misma que le regaló a Marcos aquel 22 de Diciembre. Cerró los ojos, y sufrió en silencio. ¡Cuánto lo había extrañado todos estos años!. Abrió la libreta, y pasó las páginas como si barajara una baraja de cartas, hasta que se detuvo en la última. Se puso las gafas y comenzó a leer:
"A mi amor Helena:
Sé que han pasado muchos años, así que supongo que ya tendrás   la vida que te mereces, una vida maravillosa. Sí, una vida de esas que yo jamás podría haberte dado. Sé que no he cumplido la promesa de volver a verte, pero me pareció demasiado, puesto que cada uno tomó su camino, y el verte de nuevo no me ayudaría a olvidarme de ti. No creo que pueda olvidar tus besos, tus absurdos gestos que me enamoraban una y otra vez y tu extraña risa. No, no creo que jamás me vuelva a enamorar como en su día lo hice de ti. No sabes cuánto te he extrañado todo este tiempo, ni cuántas veces he maldecido al destino por haberme separado de ti. A tu lado fui la persona más feliz del mundo. Bueno, espero que disfrutes leyendo este largo diario. No he conseguido plasmar todo lo que sentía por ti, porque si te soy sincero, es imposible decirlo con palabras. Disfruta de tu vida, que yo disfrutaré sabiendo que eres feliz. 
                                                            Tuyo para siempre, Marcos."