Cualquier crítica es siempre bienvenida

martes, 30 de octubre de 2012

Rosa (chica); Azul (chico); Negro (ambos).

Era la hora del café. Las galletas estaban sobre la mesa, pero aún quedaba suficientemente sitio para apoyar los codos y empezar a escribir esa larga lista de sueños por cumplir. Una lista de deseos.
Juntos, iban a conseguir todo lo que se habían propuesto, pero lo cierto era que no iba a ser fácil.

Coge un lápiz del lapicero, mira a Sandra, y mientras con una mano tapa lo que escribe, con la otra se dispone a comenzar.
1º Un viaje al Caribe.
Vuelve a mirarla, piensa y rectifica.
Un viaje al Caribe  Un viaje al Caribe con Sandra.
Sí, así está mejor. ¿Qué estará poniendo ella? Mira de reojo, con disimulo, pero el largo pelo de su novia le impide ver lo que acaba de escribir.
Bueno, ya lo leerá.

No sabe cómo empezar. Bueno, en realidad lo que le pasa es que tiene demasiados sueños pendiente, y su cabeza se los está recordando uno a uno, sin pausa pero sin prisa. Tiene la mente hecha un lío, pero ¿qué mas dá? Se trata de pasarlo bien, no de preocuparse por qué poner en un simple papel.
1º Una bonita casa a las afueras.... (PARA COMPARTIR CON ÉL)
Nada sería lo mismo si Hugo no viviera con ella. No estarían esos despertares repentinos, ni esos desayunos a base de tostadas quemadas, ni esas noches mirando las estrellas hasta la madrugada. Sí, sin duda nada sería igual.
Le mira, ¿qué estará poniendo? Está tan intrigada que apenas puede pensar. Pero ya leerá la lista cuando esté terminada.

2º ...
¿Qué necesita? No lo sabe. La vida con Sandra le completa tanto que no necesita nada más en su vida. Pero bueno, toca ser un poco materialista, así que va a empezar a poner todas esas cosas que no le importaría tener.
2º Un Ferrari rojo con tan sólo dos asientos, para ella y para él.
¡Cómo le gustaría llevar de paseo a su chica! La llevaría al fin del mundo.
3º Una mansión, con piscina y jardín.
4º ....
Las ideas se le agotan. ¿Ropa? No, nunca ha sido de vestir bien. Él es más de vaqueros y camiseta de mangas cortas. Ya está.
4º Un precioso vestido para Sandra.
Necesita descansar. Le está empezando a doler la cabeza. Se echa hacia atrás en la silla y cierra los ojos.
 
2º  Un pastor alemán.
Desde pequeño a Hugo le han encantado los perros, pero esa raza en particular. ¿Qué nombre le pondría? Puki. Sí, es un buen nombre. Pero eso ya lo decidirán.
3º Unos tacones de aguja de color negros.
Uff, cuánto deseaba escribir eso. Los lleva queriendo desde que era una adolescente rebelde, pero nunca se decidió a comprárselos.
4º Una espléndida boda, llena de invitados y con un gran banquete.
Sí, eso está bien. Muy bien. Pero todo eso significa comprar el vestido, los zapatos ... quizás pueda ponerse los tacones de aguja negros. Jajaja no, eso quedaría ortero.
Bueno, ahora toca escribir el último deseo. Se pusieron el límite de cinco, para así no pasarse horas y horas con esto.
Mira a Hugo. Vaya, parece que él ya ha terminado. ¿Qué habrá puesto en la última? Sin duda es el deseo más importante. Está nerviosa. Le vuelve a mirar. Sus ojos verdes la hacen sonreír, siempre le han gustado. Vuelve a mirar la lista.
5º TODA UNA VIDA CON ÉL.
 
Han terminado, por fin. Hugo mira a Sandra con intriga. Sus gestos delatan lo nervioso que está y las ganas que tiene de conocer su lista. 1,2,3,4 ... los segundo se hacen eternos y el 'tic tac' del reloj empieza a ser molesto. Se cogen de las manos, se besan y se intercambian las listas. Ambos miran al último deseo. ¿En el de ella? "TODA UNA VIDA CON ÉL". Le hace sonreír, y apenas puede aguantar las ganas de llorar de alegría. La ama con todo su corazón. Vuelve a mirarla, pero esta vez la expresión de Sandra es distinta, y se da cuenta que una lágrima le cae por la mejilla. ¿En la lista de él? "5º- UN PARA SIEMPRE, POR SUPUESTO, CON LA MUJER DE MI VIDA". Al final de la carta, un garabateado "te quiero", y a su lado un inmenso "TE AMO, SANDRA"





viernes, 26 de octubre de 2012

PROYECTO ARCE.

Bueno, la verdad es que no sé muy bien cómo explicar lo que siento en estos momentos, porque esta experiencia me ha dejado sin palabras. Y pensar que todo empezó con unos recreos trabajando en vídeos y camisetas ... Mereció la pena ofrecerse voluntaria para trabajar en un proyecto, que meses después daría su fruto. Un intercambio a Mallorca, y lo mejor, ¡con todos los gastos pagados!
Y entonces empezaron los nervios y las peticiones de amistad en tuenti. Una detrás de otra, empezando por María Vila y terminando por Iván Mas. ¿Cómo serían esos compañeros? ¿Buenos? ¿Chulos? El caso era que la mente nos funcionaba a cada instante, mientras pensábamos en cómo sería compartir una semana con gente que ni siquiera conocíamos.
Fecha: 22 de Octubre. Empiezan las cuentas. Cuatro días, tres días, dos días ... Cuando quedaba uno estallamos de felicidad y comenzaron las frases tipo "que nervios" o "¡qué bien lo vamos a pasar!"
Llegó el día. Todos aportando un poco de suministros para esa merienda-cena con la que comenzaría todo. Tortillas de las madres, Almogrote de Ramón ... que buena pinta tenían todos esos platos. Entonces miré afuera, esperando que un grupo de niños bajaran de un autobus con sus enormes maletas. Para mi sorpresa, el autobus llegó antes de lo previsto, dejándome sin respiración. Avisé a mis compañeros señalando con el dedo hacia afuera, mientras mi cara reflejaba perfectamente que estaba muy nerviosa. El corazón nos iba a cien, incluso algunos lo comprobamos poniendo la mano sobre nuestro pecho, pero ¿eso ahora que importaba?. Estaban aquí, en Cádiz, y el momento de salir a la calle y enseñarle de qué son capaces los gaditanos había llegado.
Poco a poco fueron bajando del autobus. Jaume, Josep, Xavi, Lua, María, Alba ... ¡tanta gente! Pero, ¿dónde estaba mi compañera? ¿No había venido Rosa? Entonces apareció con una enorme maleta rosa y un precioso pelo rizado. La saludé, pero no era suficiente. Necesitaba abrazarla, pues estaba a punto de llorar de alegría. Me acerqué corriendo, y cuando la abracé, comprendí que esa semana iba a ser especial, que iba a ser inolvidable.
Entramos en el instituto, se lo enseñamos, hablamos, más o menos nos conocimos, pero estábamos deseando de salir ahí fuera y demostrarnos unos a otros que podemos ser capaces de divertirnos aunque no nos conocíamos. Vinieron los padres, se presentaron ... todo genial. Más tarde salimos, y cuando pasó un rato volvimos a casa. Al día siguiente nos esperaba una dura excursión, así que teníamos que acostarnos pronto.
Siete de la mañana. Ojos pegados, vista nublada. Pelos a lo loco. Pijama y frío inmediato al colocar los pies en el suelo. ¿Qué importaba si estábamos juntas? Tocaba desayunar y ponerse en marcha.
Aún no me podía creer que todo esto ya había empezado, que por fin estaban aquí ... pero así era.
Nos encaminamos a Benamahoma, para hacer la ruta del río Majaceite. Todos preparados, excepto algunos con sus zapatos blanco que más tarde se inundarían de barro. Calor, cansacio, dolor de pies, sed, hambre, risas, caídas, más risas ... todo un día de lo más agotador.
Volvimos a casa, nos duchamos y a la calle. Ninguna excursión nos iba a quitar las ganas de disfrutar a tope.
Siete de la mañana de nuevo. Vuelta a las legañas y a las sábanas revueltas. ¿En camino? Otra excursión de lo más agotadora. Los Toruños. Bicis, sodia ... pero nada hubiera sido tan interesante si no nos hubieramos empapado con tanta lluvia. Aún recuerdo cómo Jaume bajaba de la sodia chorreando.
La lluvia lo estropeó todo un poco, por eso al día siguiente no pudimos visitar nada, ni al otro, ni al otro ...
Pero no nos ibamos a rendir, y quedamos casi todos para ir a Cádiz y enseñarle ese paraíso a nuestros mallorquines. Cómo siempre, lo pasamos super bien. Fran con sus chistes, Lua con su andaluz en práctica, Seba con sus arácnidos, Alba con sus fotos, Rosa con su ropa fashion ... ¡Incluso un argentino me pidió una foto! Fue un día de lo más completito, y sin duda, acabamos pasándonoslo genial.
Pero hoy ha tocado despedirse. Lágrimas, lágrimas y más lágrimas. ¡Ah, y un bonito espejo como regalo de Rosa! (Gracias cielo). Se montaron en el autobus, sonrieron, y cómo haremos nosotros, esperaran a que llegue Marzo para volver a repetir todos estos momentos que nos han cambiado la vida.
Bueno, pues nada, sólo quería decir que hay personas que en muy poco tiempo te pueden cambiar la vida y empezar a formar parte de tí, porque esto es lo que nos ha pasado. También quiero dar las gracias a los profesores que han trabajado en este gran proyecto, y decirles a todos aquellos que no lo han hecho, que ellos se lo pierden, porque ha merecido la pena todo nuestro esfuerzo. Mallorquines, sois los mejores y nunca os olvidaremos, siempre os llevaremos en nuestros corazones, y estoy segura de que cualquier cosa nos recordará a ustedes porque sois inolvidables. Muchos besitos, y cómo ya hemos dicho mil veces, hasta Marzo.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Una vida mutua.

Han pasado más de 30 años casados y siguen tan enamorados como el primer día, y en este caso, no ha sido el roce lo que ha provocado el mutuo cariño. Él ha pasado más de cinco años en la marina, navegando de aquí para allá, y ella ha dedicado su vida a sus hijos y su casa. Años de lágrimas, de sonrisas, de melancolía, y de cartas amontonadas bajo la almohada. Ilusiones desesperadas y sueños ambiciosos de cumplirse. Pero todo cambió cuando volvieron a estar juntos. Sin problemas, sin complicaciones. Sólo el uno para el otro, para recuperar el tiempo perdido a base de besos en las mejillas cada cinco segundos. Ella aún recuerda cuando lo conocío. Parece que fue ayer cuando se preguntaron los nombres e intercambiaron las primeras palabras en la plaza del pueblo. Por entonces un chaval más, ahora el hombre de sus sueños. Es increíble el giro que ha dado su vida. <<María y Juan, unidos en Santo matrimonio el 20 de Enero de 1967>>. Es la frase que adorna el plato de porcelana de la estantería. No es su recuerdo preferido, pero le gusta tenerlo presente.
Se siente una mujer afortunada, se siente feliz. Treinta años .... que volatil el tiempo, pero que cargadito de sorpresas y buenos momentos. Cómo cuando le anunciaron que estaba embarazada de su primer hijo. Una sonrisa aparece en sus diminutos labios. El tiempo también ha pasado por ella, y ha dejado una notable huella. Arrugas, achaques ...  pero nada que no pueda curar el ver el rostro de su marido cada mañana al despertar. Sin duda, el mejor momento del día. Le quiere, locamente, para el resto de su vida, y piensa disfrutar de los poquitos años que le quedan al lado de la persona con la que ha compatido una maravillosa vida. ¿Juntos?, para siempre.