Cualquier crítica es siempre bienvenida

viernes, 27 de diciembre de 2013

A veces el sentimiento de soledad no va relacionado con la cantidad de personas que te rodean, sino con la cantidad de personas que están ahí para apoyarte cuándo ese círculo se rompe.
Amigos, personas especiales ... ¿quién dijo que la gente que te quieren no te falla? Sí que lo hacen, y a veces parece que hasta se ponen de acuerdo para hacerlo. Y cuándo terminan, duele. Porque puede que tú creyeses que todos estarían ahí para toda la vida, apoyándote en todos y cada uno de tus estúpidos problemas. Y es que resulta que lo que para ti es un mundo, para otros es una simple tontería ...
Es asombroso cómo un par de años a los hombros y unas cuántas palabras que encierran algo de verdad, pueden destruir hasta la amistad más fuerte.
¿Por qué nos empeñamos en complicar las cosas sencillas? A veces basta con un "te quiero" o un "lo siento" para solucionarlo todo, pero no, tenemos que hacer todo más difícil y doloroso, gritando aquello que nos hemos callado miles de veces con la intención de no hacer daño a nadie.
Pero lo que aún no entiendo es por qué se le viene a una todo encima a la vez. Por qué el malestar en una relación (tanto íntima como amistosa) no puede ser inexistente. Por qué llega un momento determinado de tu vida en el que tienes que tomar las riendas y decidir qué es lo que de verdad quieres, o más bien, a quién quieres a tu lado.
Todo era más fácil cuándo la responsabilidad de elegir se la cedíamos a nuestro mejor amigo, quién siempre estaba ahí para aconsejarnos e indicarnos el camino correcto.
"Pues yo a mi lado no quiero a nadie" dirán los pesimistas, "pues yo a mi lado quiero a mi familia" dirán los sensibles ... y cada uno tendrá sus preferencias. El problema es que la gente como yo no se conforman con tan poca cosa, y a quién de verdad quieren a su lado es a aquellas personas que estén dispuestas a darlo todo por ti. Sin cambios y sin complicaciones. Algo recíproco en lo que basar la plena confianza y dónde apoyarnos para seguir adelante en los malos momentos.
Pero llegan los cambios ...
Y es que no entiendo cómo se puede pasar a <<desconocer>> a alguien a quién creías conocer mejor que a ti misma.
A veces una se da cuenta de que la gente no es quién creían ser, y entonces el mundo se nos viene encima.
Porque en el mismo momento en el que te defraudan, es cómo si esa persona con quién tanto has compartido acabase de llegar a tu vida. No la conoces, no la sientes ... y en los peores casos, a veces ni siquiera te importa.
Es una pena perder a tantas personas por cosas absurdas, pero aún duele más ver que las pierdes y no poder hacer nada para evitarlo ...